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La base de toda familia es la unión matrimonial: el amor estable de un hombre y una mujer. De este amor surge la vida y en este amor es donde hemos crecido desde que en 1997 recibimos el sacramento.
Asomarnos a Caná y recordar la importancia de la Virgen María en aquel primer milagro nos hace caer en la cuenta de que no siempre damos a la nuestra Madre el lugar de privilegio que le corresponde.
Mi madre desde siempre nos inculcó la devoción a la Virgen y en el patio de aquel recinto mi recuerdo de hoy es para ella, nunca valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos y por eso doy gracias a Dios de poder disfrutar y discutir con mi madre. Al final ella siempre tiene razón, en aquel milagro nos lo da a entender.
Gracias Dios mío, por la dicha de poder renovar mi vocación matrimonial junto a la madre de mis hijos y centro de gravedad en mi familia.
En este sitio muy cercano a Nazaret, se produce el primer milagro que llega también muy dentro de cada una de las parejas que reiteramos nuestro compromiso. El testigo de todo es un antiguo cántaro que se afirma es una copia de las seis jarras originales.
Además de la Iglesia franciscana construida en 1789 sobre los restos de un Santuario del Siglo VI donde parece ser que fue la boda, encontramos otra greco ortodoxa.
Continuará…