Hoy, en el 533° aniversario de la recristianización de Málaga nos mostramos orgullosos de que nuestros ancestros hayan sido testigos históricos de episodios que germinaron en nuestra amada patria España conducida desde entonces por inolvidables Reyes como Isabel y Fernando. Ellos nos dejaron impregnadas en el alma por aquella fechas a la Virgen de la Victoria y a la Virgen de Flores.
En estos cinco siglos en los que, salvo en periodos muy concretos, se han sucedido los diferentes monarcas -con sus luces y sombras- se ha demostrado con muchísima diferencia que la vertebración, el progreso y la unidad de España está adherido a este sistema organizativo del estado.
Por ello, me resulta muy triste que, en los tiempos que corren, una mayoría ruidosa se dedique a la exaltación de las conductas éticas y morales -inapropiadas y reprobables- del Rey emérito, olvidando todo lo positivo aportado en el periodo complejisimo que le tocó conducir a España.
Este tipo de linchamientos despiadados son la moda de un tiempo en los que haciendo verdad el refranero solo vemos la mota en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio, olvidamos a quien dijo «el que esté libre de pecados, tire la primera piedra» o aquello de que ninguno pasamos indemnes por el microscopio.
Por eso, no olvidemos gritar desde cualquier rincón del mundo en este día grande VIVA MALAGA, VIVA EL REY y VIVA ESPAÑA