18 abril, 2025
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Fernando Enjuto Moncayo

En 2017 gracias a los trabajos  del sacerdote perote Pedro Sánchez Trujillo, ya fallecido, y a la acogida de los mismos por la diócesis de Málaga se abrieron las causas de canonización de los mártires que fueron perseguidos por motivos religiosos durante el periodo de la guerra civil.

Entonces, dimos buena cuenta en la revista Nazareno de las Torres de las personas que entraron en la causa con alguna relación directa con la Hermandad de Jesús; bien por motivos de tradición familiar como las tres hermanas García Márquez -monjas dominicas-, de dirección espiritual, como el sacerdote don Cristóbal Berlanga, o de activismo efectivo casos del directivo  Juan Hidalgo Márquez  y del Tesorero Miguel Díaz Casermeiro -también sacerdote- que contaba en 1936 con la edad de 72 años. Estos dos últimos aparecen en la Junta de Gobierno de la Hermandad que preside José García Zamudio en 1927.

Indagando en el particular, creo conveniente en este y próximos artículos hacer constar una serie de matices referidos a un grupo variado de perotes que por circunstancia, que desconozco, quedaron fuera del proceso y que tanto sus conductas ejemplares como los motivos de su persecución fueron evidentes.

Si tuvo el honor de ser encausado Fernando Enjuto Moncayo, que de pasada es nombrado en la recopilación de datos que hicimos para el artículo cuaresmal de 2018  junto a mi tío Felipe y que en el libro sobre la causa, desconocido para mí hasta hace un par  de semanas, es nombrado como hermano de la Cofradía de la Virgen de los Dolores, siendo esta una de las  causas la de su  martirio.

Contactando con uno de sus nietos me confirma diferentes detalles sobre la vida del abuelo, que no tuvo la oportunidad de conocer, además de las penurias pasadas por su viuda  -Ana Cruzado Sevilla-  que tuvo que sobrevivir cosiendo de casa en casa- para criar a su única hija Francisca Enjuto Cruzado que con casi cuatro años vivió el drama de perder a su progenitor.

Vivieron en calle Zapata número cinco, rodeado de vecinos con mucha tradición cofrade.Su profesión, jornalero del campo, le impidió tener unos estudios mínimos ya que el poco tiempo libre que tenía lo dedicaba a colaborar con los sacerdotes de la Parroquia y a ayudar cada Cuaresma en los preparativos de su amadísima Titular.

Su trágico final se producía a la edad de treinta y seis años cuando es detenido y encarcelado en Cártama el 27 de agosto de 1936. Esa misma noche es ejecutado en la carretera entre Cártama y Pizarra, su cadáver es recogido por el sepulturero de Pizarra y enterrado en el cementerio, por ello su muerte está registrada en el pueblo vecino.

Fernando y su esposa Ana Cruzado

Continuará…

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