Hay que ver lo rápido que van la vida y sus acontecimientos! La verdad es que si nos detenemos unos momentos en nuestros ajetreos cotidianos podemos darnos cuenta de la velocidad de vértigo a la que ocurren cosas, todos los días a todas horas, en todos los lugares. Al instante nos llega información de gran parte de los sucesos ocurridos en el ancho mundo, lo que frecuentemente nos produce la sensación de vivir en medio de un torbellino.
Nuestras conversaciones se desarrollan en torno a todos esos hechos que nos llegan como noticia. En la tienda, en la panadería, en la sala de espera del médico o aguardando a los niños en la puerta del cole, Ias conversaciones casi siempre se pueden predecir si el día anterior uno estuvo pendiente del televisor a la hora de las noticias, o se asomó a esa casa vecina (de la tele también) donde viven esos nuevos “forjadores de cultura (¿?) y comportamiento” que son los famosos, especializados en vivir de exhibirse..
Es fácil que tres veces tengamos La sensación de que se nos induce a hablar de aquello que decide alguien que esté en la sombra. a comprar el libro (de cocina o de dietas, o de otros temas que alguien desea que nos ocupen un tiempo) que toca comprar en estos días, y hasta nos llevan a debatir sobre aquellos temas que esos mismos sujetos invisibles (y a veces no tanto) han decidido que conversemos.
Pero nuestro manantial interior de vida y libertad esta ahl, en nosotros , solo hay un problema: en medlo de todo este remolino, ¿Qué tiempo dedicamos a pensar de verdad en nosotros y en la vidas que nos rodea? ¿Cuando nos detenemos para saborear |as pequeñas cosas que pasan a los míos, a los niños, a la pareja. al amigo o amiga? ¿Somos capaces de aprovechar la oportunidad de un rato de silencio y de quietud para sentir cómo fluye la corriente de la vida a través de nosotros…? O en seguida tendemos a llenar ese rato con charla u otros paliativos, electrónicos. por ejemplo..?
Conviene ejercitarse un poco, porque cultivar la interioridad tiene mucho de arte. Las siguientes palabras podrán traernos alguna sugerencia de interés para que nuestros pensamientos y frases, nuestros silencios y tiempos de Ser tengan más contenido:
El arte de Hablar. ., La virtud de callar…
Hablar es fácil, pero callar requiere prudencia y dominio.
Hablar oportunamente es acierto.
Hablar frente al enemigo es civismo.
Hablar ante la injusticia es valentía.
Hablar para rectificar es un deber.
Hablar para defender es compasión.
Hablar ante un dolor es consolar.
Hablar para ayudar a otros es caridad.
Hablar con sinceridad es rectitud.
Hablar de sí mismo es vanidad.
Hablar restituyéndote fama es honradez.
Hablar disipando falsedades es conciencia.
Hablar de defectos es lastimar.
Hablar debiendo callar es necedad.
Hablar por hablar es tontería.
Callar cuando acusan es heroísmo.
Callar cuando insultan es amor.
Callar las propias penas es sacrificio.
Callar de sí mismo es humildad.
Callar miserias humanas es caridad.
Callar a tiempo es prudencia.
Callar en el dolor es penitencia.
Callar palabras inútiles es virtud.
Callar cuando hieren es santidad.
Callar para defender es nobleza.
Callar defectos ajenos es benevolencia.
Callar debiendo hablar es cobardía.
Debemos primero aprender a callar para luego hablar.”
Recuerda siempre: Que tus palabras sean más importantes que el silencio que vas a romper.
Ojalá que en este mes de mayo en el que los discípulos de Jesús agasajamos con cariño a la Madre de Dios y nuestra, Maria, una criatura magnifica hecha a base de Silencio y de Palabra, de Palabra y de Obras. Disfrutemos de momentos de encuentro placentero con nosotros mismos. cuando y donde a cada uno nos resulte posible.
Francisco Javier Sánchez Nuñez
