Virgen del Carmen, puerta del cielo
estrella del mar,libra a tu pueblo rinconero,
ayúdanos a remar,
protege a tus marineros,
que te escoltan sin cesar.
En tus manos nos ponemos,
como el niño que en tus brazos,
con amor de Madre acoges
y pones en tu regazo.
Cuando acosan los problemas de la vida,
apareces como un faro refulgente,
eres tú la Madre buena que ilumina,
nuestra noche y el nublado de la mente.
No nos dejes madre nuestra, pon tu manto
y en Rincón de la Victoria, se lucero
y a nuestro pecho con escapulario santo
protege del mal, así lo espero.
Si en la calle este año no pudiera,
ver tu cara para mi consuelo,
permite que en tu templo como estrella,
tú me ampares y sigas siendo cielo.
Para el navegante señala el camino,
de la tempestad salva al pecador,
marca siempre con amor divino,
el buen puerto que nos lleva a Dios.
Palpé tus manos serenas
en los momentos cruciales,
y al vivir esta pandemia,
espero que entre mis penas,
encuentres las manos llenas,
del fruto de mis trigales.
Tu sonrisa necesito,
que da paz y fortaleza
a nuestro pueblo bendito.
Que tu corazón de Alteza
muestre siempre tu belleza
con tan amor infinito.
Estar por siempre a tu lado
prometo todos los años,
es mi sueño acariciado;
lo sabes madre querida,
y aunque en trono por la calle no pasees
eres la luz que ha logrado
cicatrizar mis heridas.
Ya no me importa la muerte,
ya no me importa el dolor
si no pudieras salir,
por encima está el quererte
y a tu templo voy a verte
a ofrecer mi corazón.
Mi recuerdo y mi oración
a los que partieron ya a la cima del Carmelo
donde fuiste la escalera
para llegar a tu cielo.
Cruzar a la otra orilla,
llegar contigo María
es el sueño de mi arcilla
que en mi muerte y mi agonía
yo sienta Madre del Carmen
tu protección y tu guía.
Leandro J. Carrasco Bootello. Párroco. Rincón de la Victoria. (Málaga)
