Domingo 8 de marzo: mi hermano Antonio Jesús por whatsap me dice que mi madre y él han estado en la Residencia y que la la tia Pepa ha preguntado por mí: «Ve a verla antes de que se vaya ella».
Así lo hice el lunes al venir del colegio y milagrosamente fuí testigo de su enésima recuperación. Tomi y Paloma no daban credito, pero los caminos de Dios son los que son. De la conversación de unos veinte minutos me quedo con: «Paco, Dios lo lía todo pero lo soluciona todo, la fe es lo que nunca nos puede faltar». Parecía una premonición pues cuarenta y ocho horas después la residencia quedó también en cuarentena y hoy nos hemos levantado con la noticia de su muerte.
Ya está con Dios. Todos lo palpitamos. Tiempo habrá de reproducir decenas de testimonios y de historias -alguna de ella grabada- sobre la familia, la Parroquia, las Hermandades, la vicisitudes de su juventud y el talento de su ejemplo que ha sido bueno hasta para morirse donde no le ha hecho falta nadie para entrar en el reino de los cielos. Se fue voluntariamente a la residencia por no molestar y hasta el fin de sus días no nos ha mareado porque ni a su despedida vamos a poder ir.
Por ello toca rezar por España y por toda nuestra familia, así lo hacía ella durante sus 102 años. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer, recordando siempre la ultima frase que nos cruzamos «la fe nunca nos puede faltar». VER FOTOS