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Gracias a Dios y al trabajo de mi hijo Leandro se van completando apartados en nuestra web. Hoy les presentamos todas las revistas Nazareno de las Torres desde su fundación, -que promoví en 1985- hasta 2019, que fue el último número de mi relación directa con la publicación y con la Hermandad.
Creo que fue una buena idea que espero se perpetué en el tiempo. Mi misión no era solo escribir y coordinar, eso lo puede hacer cualquiera con un poco de vocación: la corrección de cada párrafo, la difusión, la incorporación de articulistas y propuestas de anunciantes junto con la estructuración de contenidos -con un año de anticipación- fue lo más complejo de una época ya cerrada.
Si tuviera que destacar dos pilares en esta obra me quedaría sin dudarlo con el maestro impresor José Luis García Bootello y con Joaquín Segura Vila -q.e.p.d-, ambos forman parte del reducidísimo grupo de hermanos que realmente se interesaban por la salud de la publicación que durante más de tres décadas fue fiel a sus lectores.
José Luis en la parte histórica, intelectual, afectiva y técnica. Joaquín, de cuyas manos se pasaron algunos ejemplares en la primera máquina de escribir electrónica que tuvo la oficina en Álora de la ONCE y se escanearon buena parte de los ejemplares a los que iban teniendo acceso los hermanos desde la web de la Hermandad, promovida también desde la dirección de la revista en 2001.
Gracias a todos los que estáis siempre ahí y muy especialmente los que sabéis que con la revista pude ver cumplido uno de mis sueños y aliviada mi vocación frustrada de periodista. Con la foto adjunta de Luis Arana –primera portada y cabecera de mi habitación de soltero – mi homenaje a todos vosotros.