La Brigada Paracaidista se vincula a Álora en 1957.
El Jueves Santo de aquel año, el Señor de las Torres es acompañado por primera vez gracias al tesón de Antonio García Bootello, timonel de un barco lleno de figuras inolvidables entre las que estaba mi padre -a la derecha de la fotografía-; Antonio -tito Antonio- se empecina y mueve Roma con Santiago emprendiendo gestiones entre las que está la solicitud al antiguo Ministerio del Ejército de la aceptación del Título de Hermanos Mayores honorarios.
El dos de junio de 1962 se consolida el vínculo según puede verse en el oficio que reproduzco seguidamente complementando la foto de cabecera en la que la Agrupación de Banderas Paracaidistas bendice lo que espero sea una historia interminable.
Paracaidistas y perotes desde entonces llevamos un ADN común que se ha fortalecido a lo largo de las décadas con acontecimientos que quedan en páginas de oro en la historia de Álora.