El 21 de julio de 2010 como consecuencia de una desgraciada caída falleció el sacerdote Francisco Ruiz Salinas unido a nuestro municipio desde 1962 y Párroco durante dieciséis años, en este periodo fue sin duda un referente para los niños y jóvenes de Álora, de sus manos recibí la Primera Comunión y en mi casa hizo un vínculo que excedió sobremanera la relación párroco-feligrés; gran amigo de mi padre, en el que siempre tuvo un colaborador incondicional como administrador, tesorero y secretario de la Junta Parroquial-Hermandad Virgen de Flores. Por encima de todo será recordado como gran impulsor de la devoción a la Virgen de Flores ya que por su iniciativa volvió al Convento en 1967 tras mas de tres décadas de cultos internos en el Templo parroquial junto con otras iniciativas entre las que sobresale la venida de la Virgen al pueblo para su Novena en la aurora del último domingo de agosto.
Dijo el Evangelio el día de su entierro que:
Salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió mucha gente a él… Y, desde una barca, durante mucho rato él les habló en parábolas.
Una parábola, la que nos ofrece la liturgia de hoy, fue la del Sembrador:
Salió el sembrador a sembrar…
Cayó semilla en distintos lugares…
Y parte de ella cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.
Si pudiéramos resumir en pocas palabras la vida de nuestro hermano sacerdote don Francisco Ruiz Salinas habría que decir que:
-Salió siempre a sembrar…
Salió de su casa, a todas las personas y a todas las casas, a sembrar la buena semilla del
Evangelio.
Y habría que añadir que:
-Parte (gran parte) de la semilla sembrada cayó en buena tierra y dio fruto: mucha gente con quienes se ha encontrado en todos los lugares, y todos los que hoy estáis aquí. Muy atento a las vocaciones, al Seminario: ¡muchos niños fueron al Seminario por él! (Algunos de ellos hoy son sacerdotes en este Presbiterio).
Nació en Mollina el 23 de octubre de 1936, hijo de Antonio y Socorro, siendo el mayor de cuatro hermanos: él, Leonor, José Antonio y Socorro.
Fue bautizado en la parroquia de su pueblo el 29 de noviembre de aquel año e hizo la primera comunión el día de la ascensión de 1942.
Ha fallecido a los 73 años de edad.
Y esos años los ha llenado, muy llenos, entre otras muchas cosas, con lo siguiente:
Tras los primeros años de escuela en su pueblo, ingresó en el colegio de los Maristas, en Málaga.
Pero al poco, con 12 años, dijo que no era su sitio, que lo suyo era ir al Seminario y ser cura. En nuestro Seminario ingresó en septiembre del año 49, en 2º curso de humanidades.
Como excelente compañero seminarista y buen discípulo del Señor, siempre a la escucha de lo que el Maestro quería, fue superando los cursos de su andadura en el Seminario. Y recibió la primera de los órdenes menores, la Tonsura, en abril del año 60; curiosamente el texto bíblico de sus estampas-recordatorios, eran palabras del profeta Jeremías que leímos el día de su entierro (Jr 1,1-10):
¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.
Pero el Señor tenía muy claro que a aquel muchacho
antes de salir del vientre materno, Él lo había escogido y lo había consagrado para
profeta de las gentes.
Ordenado sacerdote por don Emilio Benavent el 23 de diciembre de 1961. En estos casi cincuenta años de presbítero ha servido, ha sembrado la semilla del Evangelio, en:
– Los campos, como misionero rural en la zona de Álora. (Antes, de seminarista, ya lo hizo en las Escuelas Rurales: Las Carboneras, de Villanueva del Rosario…)
– Párroco en Corumbela y Sayalonga; a la vez, director espiritual del Seminario Menor.
– Luego párroco en Álora (1971-1987); también en Cerralba, Casarabonela, Villafranco, Zalea.
– Párroco en Alhaurín el Grande (1987-1999); a la vez, en Gibralgalia.
– Desde el 1 de agosto de 1999 en la Parroquia de San Antonio Abab de Churriana, su último destino.
Junto a esto anterior, durante largos años, Arcipreste. Otros años, Vicario Episcopal.
Y siete años, 2000-2007, Consiliario en la Pastoral Penitenciaria.
Rvdo. Antonio Aguilera Cabello
Rector del Seminario Diocesano
Primera misa de don Francisco en su Parroquia natal de Mollina.
Presentación del libro «Flores, 500 años bajo tu Manto» en 2002
