6 diciembre, 2024
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Te adoramos y te bendecimos porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador.

Desde practicamente su fundación la cofradía de la oración en el Huerto organiza el Via + Crucis parroquial con Jesús Crucificado que se venera en la Veracruz y es titular fundacional de esta corporación nazarena junto a María Santísima de la Paz.

«…Cuando uno es cómplice de algo, la conciencia te hace recorrar ese suceso al menos durante las 24 horas primeras. Y sin darte cuenta, cuando has bajado de Las Torres para clavar al Crucificado después de su traslado, vives con intensidad al otro día, pensando en cómo pudiste aliviar aquél momento. Dios, rico en Misericordia para los que esperan en Él, te da la oportunidad una vez más, el Miércoles Santo por la noche, de pedir perdón por aquello que estuvo en tus manos y no llegaste a hacerlo por los demás. El Santo Viacrucis así te lo recuerda.

Una doble y larga fila de personas devotas alumbran su paso por- que quieren pedir “perdón y clemencia, perdón e indulgencia, perdón y piedad” Sus llamas eternas no se consumen, ni el aire las arrebata porque son encendidas por el cirio compañero, que teniendo Misericor- dia de tu pábilo, es capaz de encender una vez más tu luz para que sigas iluminando su paso y escoltes como el mejor de los guardianes, a ese Cristo del Viacrucis, que durante todo un año te habla desde el Altar Mayor de la Veracruz. Ese Cristo queda encumbrado en el centro de la Iglesia, incrustado sobre una roca y en cuyo pie Dios te habla en el Sagrario. Tu vida es un constante Viacrucis porque, en cada momento que pasas por esa Iglesia con tu visita diaria ante el Santísimo, inevi- tablemente tienes que meditar sobre esa escena que te invita al Perdón en la Cruz.

Repasa su itinerario en esa noche y compara su camino con tu ca- mino por las calles de nuestro pueblo:

– Primera Estación: “Jesús es condenado a muerte” en la puerta de la Veracruz, cuando tú lo has olvidado en el prójimo y lo condenas al silencio y a la indiferencia porque no compartía tu forma de ser y de pensar.

– Segunda Estación: “Jesús carga con la Cruz” en la puerta de la panadería porque tú negaste el pan al hambriento y le cargaste con el yugo del hambre y de la necesidad.

– Tercera Estación:“Jesús cae bajo el peso de la Cruz” en lo alto de la calle Escribanos porque no supiste escribir su historia de Amor con lágrimas de compasión hacia tu hermano.

– Cuarta Estación: “Jesús se encuentra con su Santísima Madre” en la encrucijada de la calle Carmona y la Fuente Arriba porque las madres siempre salen al encuentro cuando menos te lo esperas y esperan que tú salgas al encuentro de ellas cuando tienen necesi- dad de ti.

Quinta Estación: “El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz” en el Centro de nuestro Pueblo, en la Plaza de la Fuente Arriba, y de sus fuentes brota el agua necesaria para beber y seguir el camino, siempre y cuando te quieras parar a dar esa sustancia que refresca el calor de las heridas del otro.

– Sexta Estación: “La Verónica limpia el rostro de Jesús” en la puerta de la farmacia para que aprendas que tú eres la medicina que ali- via el sufrimiento, ungiendo los hematomas espirituales con tu mejor bálsamo…la esperanza.

– Séptima Estación: “Jesús ha caído por tierra la segunda vez” en la puerta del azahar para que tomes conciencia que igual que in- dica su nombre, eres azahar que desprende la fragancia de la ca- ridad y así poder levantar a tu hermano.

– Octava Estación: “Jesús consuela a las hijas de Jerusalén” entrando en la calle Erillas, pidiéndote que consueles con palabras de aliento a cuantos son segados en el Mundo sin voz, injustamente discriminados.

– Novena Estación: “Jesús ha caído por tercera vez” en la puerta del molino y sabe que será triturado como el trigo para que tú te dejes moler y te conviertas en el Pan del Amor, pan caliente que huele a Cristo Eucaristía.

– Décima Estación: “Jesús es despojado de sus vestiduras” en la puerta de la Cabaña para que tú seas el hogar que lo arropes con sentimiento de solidaridad y hagas posible darle cobijo en tu vida cuando llega la noche oscura y lluviosa del que camina junto a ti y no tiene dónde cobijarse; solo en ti.

– Undécima Estación: “Jesús es clavado en la Cruz” ¡No te lo pier- das…en la puerta de Cáritas! y te interroga el por qué de tu indi- ferencia, cuando hay gente que pide tu clemencia, tus manos, tus pies, tu ayuda, tu cercanía, tu fraternidad. No hay respuesta. Allí clavado Jesús te mira. No pases de largo. Mira hacia dentro. Aquello es el horno donde se fragua la Caridad y recuerda “ubi caritas Deus ibi est…donde hay Amor Dios está allí.”

– Duodécima Estación: “Jesús muere en la Cruz” en lo alto del Camino Nuevo y desde allí te anuncia el nuevo camino que hay que escoger, camines hacia donde camines, coincidiendo con los vértices de su cruz: hacia el oeste, dentro del mismo Pueblo con Caridad, hacia el este, el Callejón que te lleva a conocer un nuevo mundo con Esperanza, hacia el sur, la vía férrea por la que puedes viajar entre los raíles de la Fe o hacia en norte, el Cielo, con una mirada agradecida y una actitud arrepentida ante el mismo Dios.

– Décimo tercera Estación: “Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su Madre” Es la Piedad la que espera, como siempre, con carácter maternal para que sigas su ejemplo de abrazar en tu pecho como Ella la miseria del Mundo, el dolor desgarrado, la muerte de la persona a quien más querías, la Esperanza que no se acaba porque son re- gadas con lágrimas como las tuyas.

– Décimo cuarta Estación: “Jesús es puesto en el Sepulcro” ¿Sabes por qué es la última Estación? Porque allí nació la vida..allí resucita…allí reina…en ese sepulcro que se convierte ahora en Sa- grario para que nazcas de nuevo y ayudes a nacer, para que resu- cites de nuevo y vuelvas a resucitar al que muere de tristeza ,para que reines en ese amor que Dios te tiene y ayudes a que su Reino de amor se extienda por el Mundo.

“Santo Viacrucis aquí te dejo pálido, cadáver, sepultado, con cuerpo herido, sangriento, maltratado… ¡prefiero contemplarte desde lejos!

Tu angustia, tu Pasión ha terminado, he recorrido el momento a momento, me he unido a tu santo sufrimiento y sin aliento de nuevo me has dejado

¡Cuánto aprendo Señor al contemplarte! Tu Entrega generosa me edifica ¿Por qué con tu Dolor me dulcificas y me enseñas tu Costado al abrazarte? Solo tienes respuesta de Amor infinito entroncado en ese madero santo, al que riega la suplica y el llanto de aquél cuyo consuelo constante quito

El Corazón de tu Madre solo te anida y te conserva dentro del relicario de una Iglesia cuyo eje es el Sagrario del que fluye Resurrección y la Vida. Gracias Señor por dejarte acompañar de un pobre pecador arrepentido, que tu Perdón en esta noche yo te pido siendo Tú el Camino, la Vida y mi Verdad . Me recuerdas con Tus brazos tan abiertos el lapsus que persiste en mi memoria si me hundo en la arena del desierto

¡Ten de mí por siempre Misericordia, que comprenda que en Ti está la Victoria siendo Dios de vivos y no de muertos!…»

Pinturas: Raúl Berzosa

Texto: Carrasco Bootello, Antonio Jesús ( Pregón 2016 )

Maquetación: Carrasco Gil, Leandro Jesús

 

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