Aunque sigue en proceso a toda máquina la web siemprecontigo.eu que os anunciaba con motivo de mi cincuenta cumpleaños, hago un descanso en el camino para recordar lo importante que debe ser para todo devoto empezar el año acordándose de sus devociones referentes.
El Dulce Nombre y su implantación en cada parroquia se encuentra vinculado la orden dominica, casi desconocida en Álora a excepción de matices que iremos abordando en futuros artículos.
Los conocidos como “padres predicadores” se desplazaban de forma temporal a los pueblos donde no había convento con objeto de evangelizar comunidades y promover cofradías en torno a la Virgen del Rosario y el niño Jesús, devoción esta última que en casi todos los casos se orientaba hacia Cristo con la Cruz acuestas camino del Gólgota.
Las antiguas generaciones supieron traducir muy bien aquellos mensajes y nos transmitían la importancia para los parroquianos que tenía acudir a la primitiva Iglesia de la Encarnación y venerar al Dulce Nazareno. Esta herencia gloriosa no debe pasar desapercibida y los gestos a Jesús de las Torres y la Virgen del Rosario deben seguir llenando nuestras vidas identificándonos como dignos sucesores de los que encendieron la llama de la fe hace casi cinco siglos.
Espero que el Santísimo Nombre de Jesús, cuya fiesta mayor celebramos hoy, nos colme de bendiciones y tengamos un próspero año nuevo asumiendo los retos que las hojas del calendario vayan poniendo en el camino y sorteando las previsibles curvas que nos encontremos.