28 marzo, 2024
Inicio A los pies del Nazareno Nuestra esencia más íntima Efemérides: 78 aniversario de la actual imagen del Señor de las Torres (1945-2023)

Efemérides: 78 aniversario de la actual imagen del Señor de las Torres (1945-2023)

Aunque  solo contamos con un telegrama a Navas-Parejo comunicando el entusiasmo general por la  primera salida procesional de NUESTRO PADRE que se produce el 29 de marzo de 1945, tenemos multiples de testimonios orales que van reinventando años dificiles y complejos donde la Hermandad intentaba reconstruirse patrimonialmente hasta contar los 75 que se cumplen tal día como hoy.
En el testimonio de mi  tio Regino Bootello, nos damos cuenta como el anhelo de aquellos hombres de volver a ver al Nazareno en la calle fue ejemplar, el vínculo de Navas-Parejo con Francisco Bueno será  determinante para las décadas que van a sucederse.

 

«…Me han pedido que me centre en el año 1945 y sus aledaños. Sólo sé seguro, que en dicho año vivía en Granada, tenía doce años y cursaba el 2º año de bachillerato. Lo que sucedió en el mencionado periodo, mi memoria lo coloca en cualquier tiempo, o sea, me acuerdo, mas no se fijo en que año pasó. El tema de Semana Santa, procuraré recordarlo lo mas fielmente posible y lo narraré desde el punto de vista de un niño.

Naturalmente las procesiones eran también diferentes, mas todavía que no había quedado un Santo vivo en la Iglesia, la barbarie, la ignorancia y la maldad habían destruido, imágenes y enseres sagrados. No había quedado  mas que el edificio.

María Teresa Berlanga, que por cierto era de Jesús, donó una Dolorosa, que milagrosamente había salvado en su casa y esta imagen fue la única procesión de 1937, iba pobremente vestida, mas bien en unas andas que un trono, pero el acompañamiento a la Soledad fue inenarrable. Se estaba en plena  guerra con las matanzas recientes de un bando y las represalias presentes del otro bando. Un horror. Aquella procesión era la del perdón y olvido entre hermanos.

Los años siguientes los viví en Antequera y Granada hasta 1949, pero en cierto modo, no fui ajeno a nuestra Semana Santa, pues en casa de mis tías, se puede decir que era Semana Santa durante todo el año, puesto que eran, por herencia las Camareras del Señor de la Columna, y guardaban en un arca de nogal, -y se siguen guardando- la pureza o paño del Señor, y los jarrones del altar, incluso las antiguas horquillas para los hombres de trono, las almohadillas para los varales, etc., etc. Había fotografías de mi tío Leandro y de mi tío Miguel, de mayordomos de trono del Cristo de la Columna y hasta del Señor roto por haberse caído del trono, dentro de la iglesia, debido al resbalón de uno de los portadores el entonces menor de veinte años Pedro Rodríguez, se hizo varios pedazos, creo que podía haberse recompuesto. Este nefasto suceso, libró a la Imagen de otro mas nefasto, a la de su destrucción por manos sacrílegas dos años mas tarde, pues ocurrió en 1934.

Con motivo de la estancia, de la Imagen de Ntro. Padre Jesús en Granada en una de sus últimas restauraciones, me ha venido a la memoria el intenso trajín, de aquellos heroicos hermanos en la Ciudad de la Alhambra, tratando reponer o recuperar la Imagen de Jesús de las Torres. Ardua tarea, sobre todo, tocante al tema económico. Los años que siguieron a la dichosa guerra civil, fueron de penuria en todos los aspectos.

La tarea de los cofrades fue ingente, mas la laboriosidad, economía, sacrificios, entusiasmo, diligencia y sobre todo amor a sus Titulares, hicieron el milagro y de nuevo las Sagradas y veneradas Imágenes de los perotes, recorrieron en procesión las calles de Nuestra Ciudad con tallas con mas valor artísticos que las anteriores, en tronos mas suntuosos y acompañadas por enseres mas valiosos relativamente y digo relativamente porque antes de la guerra hubo estandartes y guiones  primorosamente bordados en oro y con pinturas que fueron verdaderas obras de arte; jarrones y faroles de plata magníficamente labrados.

La tarea fue altamente meritoria. Las cofradías se unieron, colaboraron muy unidas con tesón y eficacia en el realce de nuestra Semana Mayor. Los artífices principales, fueron dos García Urraco, -Burracos para los amigos- mi inolvidable tío y padrino Francisco Bueno García y Francisco García Morales, el primero doloroso y el segundo jesuita. Dos héroes.

La imagen de Ntro. Padre Jesús fue destruida en la guerra. Prontamente fue repuesta por otra, encargada y costeada por D. Juan Pérez Lanzac, en los estudios de Sevilla,  al escultor José Rivera el año 1939. Se procesionó varios años por nuestras calles. Obra de mérito, pero no acabó de gustar al pueblo. Pero lo que verdaderamente no acabó de gustar, era que al Señor de las Torres, se le diera culto, por decisión de la familia Pérez Lanzac en la Vera Cruz, iglesia que se salvó por haber servido de almacén a un economato, creo que el de la CNT. Esta talla fue donada a la cofradía de Jesús Nazareno de marbella.

Francisco Bueno García y Francisco García Morales

La Unión de Cofradías, contra viento y marea, quiso sustituir inmediatamente la imagen llevada a Marbella y se acordaron, que en Granada había un escultor de prestigio llamado José Navas-Parejo Pérez, nacido en Álora el 22 de octubre de 1883, en calle Escribanos, hijo de Juan de Dios, Jefe de estación y de María Dolores. Se desplazaron a Granada, los citados Francisco de Paula Urraco, visitaron a su paisano el tallista, que los recibió emocionado y aceptó entusiasmado el encargo. Paco García, en aquella época residía en Granada, alojado en mi casa, pues estaba preparando las oposiciones de Depositario de Ayuntamiento y mi tío Paco iba con frecuencia a dicha ciudad y se reunían con el artista, después de la consabida visita a su estudio. Luego se reunían en el Café Salamanca, en la calle del mismo nombre, situada, para el que conozca Granada, entre la Plaza del Carmen, Reyes Católicos y la Plaza de Bib-Rambla.

Las presencias en las reuniones variaban de unas a otra. Fijos, el escultor, varón de barba venerable ya encanecida; mi tío Paco, de oronda figura; Paco García, no con tantas canas y siempre alegre; mi padre, desde la guerra cano total, con su inseparable bastón, que lo llevaba elegantemente de adorno y yo, mocoso de 12 años, que escuchaba atento cuando hablaban de historia o cosa que me gustara, cuando no a falta de compañero de edad, me distraía con la gente o con los perros callejeros que entraban en el establecimiento.

Recuerdo a los estudiantes de entonces que asistieron alguna vez que otra; el de medicina Francisco Zamudio Márquez; los de farmacia Juan Pérez-Lanzac y Francisco Pérez Hidalgo, sobrino también de mi tío Paco Bueno y el de derecho Diego Rosas Hidalgo. Cuando iba Zamudio, me distraía mas, pues me hablaba de fútbol, sobre todo del Atlético Bilbao del que era un hincha. También vino un par de veces desde Álora, Pedro Pérez-Lanzac, aun soltero.

Se charlaba de todo, pero cuando se conversaba sobre la Imagen, se unificaban las atenciones y al tema, se le ponía énfasis con palabras  de entusiasmo y de emoción. Ell amor salía por los ojos y se reflejaba en los rostros, se olvidaban por unos instantes los problemas económicos -letras, sablazos, etc.- y sólo Jesús acaparaba la reunión.

Me acuerdo, como anécdota colorista, que frecuentaba aquel café y tomó confianza con la reunión una gitana vendedora de lotería, a la que compraban siempre, pues era una hembra de buen ver, guapa, simpática y dicharachera, mientras cortaba los décimos era piropeada y embromada por los presentes, ella contestaba a todas las bromas y piropos con risas y donaire embobando a aquellos varones pasados de moda, que me decían : No se lo digas a tu madre.

De aquella inolvidable tertulia, sólo vive el niño con pantalones bombachos, ya un anciano pataletón con 80 años. Los demás tienen la dicha de ser tertulianos de una reunión celestial presidida y amenizada, nada más, ni nada menos, que por Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Regino Antonio Bootello Miralles.

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