Nuestro Padre Jesús Nazareno, venerado en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros del Puerto de Santa María, provincia de Cádiz, es una conmovedora imagen que encapsula la devoción y el fervor de la comunidad local. Esta icónica representación de Jesús, portando la cruz y coronado de espinas, transmite una profunda sensación de sacrificio y redención a través de su expresión facial serena pero cargada de significado. Su presencia en la basílica, lugar de encuentro espiritual y símbolo de arraigada tradición, reúne a los fieles en momentos de reflexión y oración, encarnando la unión entre lo divino y lo humano en un rincón sagrado de la provincia gaditana.
La escultura es del siglo XVII, atribuida a Ignacio López que fue discípulo de Pedro Roldan. En 2013 fue restaurado por Juan Manuel Miñarro.