En septiembre de 1957, las ciento seis familias del Partido de Los Padilla veían hecho realidad el sueño de la inauguración de su Escuela-Capilla.
Era otro fruto más recogido por los esfuerzos diocesanos de evangelizar cada rincón de la provincia. Curiosamente, Álora se vio favorecida por nuestra obra educativa ya que el 60% de los 16.743 perotes censados, estaban dispersos por los distintos partidos rurales.
El entonces párroco don Francisco Julio Ruiz Furest puso especial énfasis en los deseos del Obispo sobre la creación de las escuelas así como en la búsqueda y gestión de las 125.000 pesetas que costaban cada uno de los edificios que llenarían de sagrarios y de cultura todo el municipio.
Doña Antonia Mauri Ballester y doña María Márquez fueron las primeras destinadas a la nueva plaza después de terminar sus estudios en la Escuela de magisterio Rural, ubicada junto al Santuario de nuestra Patrona, la Virgen de Flores.
Parece ser que Los Padilla, después de Laja Prieta, fue la segunda de las más de veinte escuelas inauguradas aquellos años. La junta de padres que se estableció, estaba formada por don Francisco Cabrera Chamizo como presidente y don Miguel Conejo, don Antonio Cruzado, don José Muñoz, don Juan Trujillo y don José García como vocales. Todos ellos representaban a los sesenta y nueve alumnos matriculados en el curso 1958-59 y consiguieron reunir la astronómica cifra de 8.035 pesetas que invirtieron en mantenimiento, enseres y mobiliario durante los dos primeros cursos.
Es de justicia destacar la magnifica voluntad de don José Santiago Lobato, antiguo propietario de la huerta donde se levanta la escuela que desinteresadamente cedió los terrenos.
El difícil acceso al paraje, bordeado por el arroyo Ancón, y las tradicionales condiciones de abandono, tanto material como espiritual de aquellas gentes, hacen mucho más apasionante la labor de los dieciocho docentes que hemos tenido el honor de tutorizar a aquellos niños.
Como último apunte cabe destacar que en junio de 1975 las clases se interrumpieron durante cinco cursos debido a una reorganización del transporte en la escuela pública; sin embargo, la tarea educativa la continuaron unas monjas venidas de Córdoba que durante los veranos instruían a un numeroso grupo de alumnos.
Sobrepasado el medio siglo de labor educativa no podemos dejar pasar el apoyo recibido por la Parroquia de Álora que en la mayoría de las épocas ha mostrado una especial sensibilización por la pastoral rural. Igualmente las autoridades municipales nunca escatimaron esfuerzos a cualquier propuesta sugerida desde la Titularidad.
En 2005 tuve el inmenso honor de ser el maestro de aquella plaza hasta 2009, tuve el mejor relevo posible, mi buen amigo Daniel Moreno Muñoz.
Francisco lucas Carrasco Bootello
FUENTES:
– Diario Sur. 1958
– Periódico Local Afán. Septiembre 1959
