El fin de semana del Corpus camino de Álora, hicimos parada para almorzar en Bornos, localidad gaditana que tiene muy buena pinta para descubrirla en otra ocasión con más tranquilidad.
Gracias a mi amigo Antonio Vila, topamos con el Palacio de los Ribera, buscando siempre la conexión con la historia de Álora por aquello de su vínculo con don Diego Gómez de Ribera, protagonista del Romance fronterizo de Álora allá por 1434.
Per Afán de Rivera –padre de don Diego-, Adelantado y Notario Mayor de Andalucía, compra el castillo y sus pertenencias en el año 1398 a sus dueños, que lo eran a su vez por haberlo comprado a los señores de la Casa de Marchena, a quienes les fue donada la villa y el castillo por el rey Enrique II hacia el año 1387.
El recinto fue construido dentro del antiguo Castillo de Fontanar, de origen árabe, del cual sólo se conservan algunos lienzos de la antigua muralla y la Torre del Homenaje –otra similitud con nuestro Castillo de Las Torres-. Dentro del mismo nos encontramos con una espléndida oficina de Turismo, el centro de interpretación del pueblo y el museo del carnaval.
Volviendo a don Diego, no olvidemos que fue el II Adelantado mayor de Andalucía, privilegio por herencia de su padre. El Adelantado era un oficial al servicio de la Corona de Castilla que tenía encomendadas diversas competencias judiciales y militares en dicho territorio, contra el Reino de Granada.1
Aunque el cargo fue creado en 1253 por el rey Alfonso X de Castilla bajo el nombre de adelantado de la Frontera, -uno de los nombres que recibía Andalucía por hallarse junto al reino musulmán-
El castillo se restaura y se transforma en palacio renacentista-plateresco durante el siglo XVI por la familia Enríquez de Ribera, y entre ellos por el afamado don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa por merced de los Reyes Católicos, y por entonces Señor de la Villa de Bornos, quien contrata a artistas españoles e italianos para llevar a cabo sus obras.
