Tiempo detente,
qué es tan grande el consuelo
qué mi alma siente
¡qué duren mis anhelos
eternamente!
Llegó el momento, vuestro momento. El fin de vuestro tiempo en el colegio y el comienzo de otro tiempo nuevo en otra tierra nueva, algo que no os debe producir ninguna incertidumbre.
Seguro que muchos de vuestros padres -y sobre todo vuestras madres- quisieran hacer realidad la letra de las sevillanas y detener el tiempo. Os hacéis mayores y ya no sois aquel grupo ruidoso que disfrutó de momentos inolvidables con vuestra Seño Maribel y el Maestro Antonio que se desvivieron en hacer insuperables los tres años de la educación infantil tan importantes para vuestra madurez posterior.
Así que el tiempo no lo podemos detener, yo diría que es el mismo y que nosotros hemos intentado llenar de vida y escribir capítulos en vuestras vidas que esperamos recordéis no solo con nostalgia.
Cuando menos lo esperéis seréis mujeres y hombres con vuestros sueños cumplidos; unos en el campo de la enseñanza, otros en el diseño gráfico y hasta pudiera ser que incluso tengamos alguna arquitecta que diseñe los futuros colegios de la Fundación.
Ha sido, es un lujo, comprobar cómo en estos cinco años las semillas empiezan a dar frutos esas semillas las han complementado este año nuevas caras en vuestras vidas concretamente Argeme y Vicky a las que agradezco de corazón su ayuda y sobre todo su interés por todo lo que hemos emprendido en nuestra tutoría. Como no también a la la Seño Paula y don Javier que desde sus ámbitos han contribuido a vuestro crecimiento personal.
Todos ellos, todos nosotros, pasamos por vuestra vida escribiendo palabras en vuestras almas que seguro os van a servir el día de mañana.
Gracias, por supuesto, a los que tuvieron y tenéis la oportunidad de organizar y dirigir, especial medición a nuestro equipo directivo encabezados por Michel que en estos dos últimos años han dado lo que ha podido para aportar al colegio desde los despachos, que no es poco, gracias por su dedicación y profesionalidad tarea ingrata y muchas veces incomprendida sin la que nuestras comunidades educativas serían diferentes al legado recibido en el Peñón desde que en mil novecientos sesenta y cinco naciera nuestra querida Escuela Rural.
La segunda etapa de vuestro camino puede darse por concluida.
Os pido para terminar que aunque poco a poco estáis soltando la mano de las familias no olvidéis nunca que ellas son vuestro mayor tesoro, ellas son esas raíces que desde el colegio hemos regado lo mejor que se ha podido. Si así lo hacéis vais a seguir convirtiéndoos en magníficas personas.
Un gran abrazo
Siempre con vosotros
La grabación del acto completo no está hecha con los mejores medios, pero seguro que os gustará tenerla archivada:
