Por el amargo dolor
que la Cruz te produjera,
por los insultos que oyera,
¡misericordia, Señor!
Por la sagrada agonia
que tuvistes en la Cruz,
por esa Divina Luz
que con tu muerte nacía;
por el acerbo dolor
que tu Madre padeciera
cuando de morir te viera
¡misericordia, Señor!
Francisco García Morales Semana Santa de 1953