En el contexto de un año de la Misericordia como el que vivimos, recordamos que, con el Vaticano II que fue un acontecimiento cristológico, se estudió en profundidad la íntima relación entre cristología y eclesiología. Fue ese Concilio como una profecía que hoy marca una nueva etapa en la historia de la Iglesia, porque no hay que colocar a la Iglesia en el lugar de Cristo, sino que esa Iglesia es la transparencia de Jesús, como así lo proclamaba San Cipriano: “Cristo ha venido como luz de las naciones, ha aparecido como un resplandor benéfico para la salvación de los hombres”. Jesucristo es el auténtico Misterio de Dios, Dios con nosotros, que a través del Verbo hecho hombre sigue anunciando la buena noticia. Como escribe Salvador Gil, la mediación de Cristo, que lleva a culmen y plenitud la revelación divina, se convierte en el elemento clave para comprender el marcado carácter cristológico y cristocéntrico de la revelación.
En Álora, una imagen de Jesús, obra del escultor perote José Navas-Parejo Pérez, se venera con el nombre de Nuestro Padre Jesús de las Torres, en la que hoy es Capilla situada en una privilegiada atalaya, que fue la primera Parroquia de la Encarnación. Y aunque en Álora todos sabemos que reside en Las Torres, tenemos que reconocer que hay quienes aun no conocen que, principalmente, donde Él realmente reside es en nosotros y en cada uno de nuestro prójimo.
A este venerado Jesús de Las Torres le tenemos siempre presente en Semana Santa. Se le tributan a esta santa imagen honores, se le procesiona por el pueblo, su historia es recordada con fervor años tras años aunque corriendo el riesgo a una interpretación limitada al tiempo de cuaresma. Es asombroso como sólo nos limitamos a este espacio de tiempo olvidándole muchas personas durante el año que El está con nosotros en todo momento y día a día su programa sigue vigente en la actualidad: derribar a los poderosos y colmar de bienes a los humildes. Cristo es el Evangelio, escribe Salvador Gil, Cristo es a la vez mensajero y mensaje, cumpliendo el proyecto de Dios contenido en las Escrituras.
Leyendo a Hernando del Pulgar, en el capítulo XXXIII de la Crónica de los Señores Reyes Católicos, conocemos que: Como la Villa fue desembargada, el Rey entró en ella con una solemne procesión é fue a la mezquita principal e fundó en ella una iglesia que por intercesión de la Reyna fue intitulada Santa María de la Encarnación. En esta primera parroquia de Álora, filial primero de Antequera dentro del Arzobispado de Sevilla, servida por clero que nombraba el Arzobispo don Alonso de Fonseca hasta que fue reconquistada Málaga y restaurado su obispado en 1488, es donde actualmente reside Ntro. Padre Jesús de Las Torres.
En la actualidad, lo que queda del castillo consta de dos recintos. El exterior, del que se conserva parte de la muralla y el interior, donde se ubica la ermita que tiene hoy su emplazamiento el Nazareno en lo que fue la Capilla del Dulce Nombre de Jesús porque las capillas del Santo Sepulcro y la de San Pedro desaparecieron tras el terremoto del 9 de octubre de 1.680; la Torre de la Vela de forma rectangular que va decreciendo en altura y que sirvió de campanario; y un recinto superior de forma cuadrangular con seis torreones que se acede a través de un arco declarado en 1931 como Bien de Interés Cultural.
Existe un manuscrito del siglo XIX perteneciente a la Biblioteca Cánovas del Castillo de la Diputación de Málaga, que bajo el título Álora. Ermita del Castillo ó del Nazareno, dice: “Es tradición se eleva donde estuvo una mezquita.- Es una capilla cuadrada de unos 4 mts. de lado con brazos de crucero. Con contrafuertes exteriores. Está cubierta con bóveda de nervadura, apoyada en unas ménsulas estrelladas muy mudéjaras.- Debió planearse como iglesia de una nave artesonada con crucero y capilla mayor.- El arco toral es visible interior y exteriormente apoyado en pilares de trazado muy movido. Los exteriores con hornacinas. Todo del gótico Toledano.- El altar mayor tiene un suelo de azulejos del siglo XVI.- Hay una pila de agua bendita verde mide 44 cm. de diámetro”. Es aquí donde en la actualidad se le da culto al Nazareno de Las Torres.
Se cita en este documento una pila verde, y me pregunto: ¿Dónde fue a parar ésta, como las imágenes y demás utensilios de valor de esa parroquia?
En esta pila recibieron las aguas del bautismo cientos de perotes, algunos muy ilustres, que ostentaron cargos públicos en Álora o fuera de nuestro entorno. Por ejemplo Antón de Viedma, alcalde de Álora y capitán en las batallas contra los moriscos de Arroyo Morales y Bujías, que peleó cuerpo a cuerpo contra Mulei Alí. También aquí fue bautizado su hijo Fray Antonio de Viedma y Chaves, obispo de Petra, coadjutor primero con el obispo Portocarrero para sucederle a su muerte en el obispado de Almería. Y el último en bautizarse en esta pila fue Francisco Caro Cabeza de Vaca el 13 de octubre de 1.675. Tal vez ésta pudo ser trasladada a la actual parroquia con algunos enseres aprovechable tras el terremoto y ser colocada junto a la puerta de entrada de la calle Atrás haciendo pareja con la que estaba situada en la entrada de la calle Bermejo, pila ésta que se apoyaba en la famosa piedra cilíndrica del siglo I, del tiempo del emperador Domiciano (años 81 al 96 de Jesucristo). Aunque yo me inclino que fuese la pila bautismal que en octubre de 1.675 se bajó hasta la actual parroquia junto a la talla de la Virgen del Rosario, siendo a la sazón curas don Sebastián de Villalobos y don Ciriaco Pérez Barrientos.
Pero más que referirnos a estos Templos -parroquias de la Encarnación primitiva o actual- con sus enseres y sagradas imágenes, quedémonos con la Iglesia en general y no sólo como una institución religiosa. Por la fe, hay que sentirla como Madre en la que formamos parte integrante para ser la esperanza del mundo. Iglesia con las puertas y los brazos abiertos para acoger a todos, concebida para el anuncio de la Palabra, la celebración de los sacramentos y puesta al servicio de la caridad. Que como se dice en la oración para el Jubileo de la Misericordia, que en el mundo la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor resucitado y glorioso. Que los que se encuentran en la ignorancia o en el error, sean esperado, amado y perdonado por Dios.
Felipe García Sánchez
